lunes, 13 de enero de 2020

Eterno Retorno (O. Cit. Also sprach Zarathustra. Friedrich Nietzsche)




Es como pedir ser Benjamin Button, como esperar que el sol desande su camino. Sé que las cosas se degradan y deterioran aunque lo único que les afecte sea el tiempo, aquello que invento la muerte para no aburrirse. Resulta complicado regresar cuando se borró la senda, el paisaje y el eco de los sonidos agradables.

No renuncio a la razón, es más, me doblego ante ella. Aunque mis sentidos sean trileros y mi memoria apenas me sostenga, asumo el consenso común que denominamos realidad.

Escribo esto mientras camino. Literal, camino y escribo en mi cuaderno multidimensional. No necesito tomar notas reales cuando el pensamiento tiene alguna forma o estructura que puedo asimilar. Tantas técnicas y filosofías para entrenar la mente. Tanta meditación para transcender a los devaneos neuronales. Y funciona, doy fe. Pero del mismo modo que no le puedo pedir a un yonqui que renuncie a la heroína. Quien haya probado algún tipo de opiáceo sabe de lo que hablo. No quiero renunciar a lo único que le da sentido al camino. Con mi gastado bastón de madera golpeando levemente la tierra y el crujir de las hojas secas, mi mantra personal convierte un simple paseo en una elevada sinfonía donde los pensamientos revolotean, se posan, entran y salen con la misma profunda armonía que una bandada de estorninos.

Reconozco que le he cogido especial gusto a construirme mis propios bastones. Nunca lo hubiera pensado. Como todo, la habilidad se va perfeccionando. Prueba-error, consultas y lecturas van modelando nuevos báculos con mejor aspecto y mayor robustez. Pero mi viejo y rudimentario primer palo de cerezo se ha convertido en la única posesión material que me dolería perder. Agrietado y deforme, es como una burda extensión de mi brazo.


No me arrepiento de los caminos transitados, la mayor parte fruto del azar. La percepción sesgada nos empuja a rememorar los más espectaculares y gozosos. Pero, aún reteniendo en la memoria algún tránsito por veredas lastimosas, fatigosas y crueles, amor fati sigue rigiendo mi dictamen final.

Conozco las reglas y el protocolo. Tengo interiorizado el proceso y toda su parafernalia. Las leyes de la física conocida me lo impiden. Lo sé. Pero quizá, si olvido lo aprendido. Tal vez, si corto la comunicación con la nave nodriza. Si subo el volumen de mis auriculares para no escuchar lo sensato. Si reniego conocer lo inevitable. Si cierro los ojos y finjo dormir, a lo mejor puedo entrar en esa zona pseudo-onírica donde mandan los deseos.

Ante Heráclito me rebelo; entre lo imposible y lo improbable me filtro como el agua de ese río. El líquido en su ciclo vital volverá a recorrer el cauce. Serán otras moléculas distintas y otros átomos conformarán al observador. Sí. Pero agua y mirada serán en esencia la misma.

Sentir es libre y desear gratis.

Busco el retorno. No me importa si es eterno.

6 comentarios:

  1. Mi querido Al Tagrí!!!!!!!!
    Primero decirte que me ha llegado la voz profunda de Johnny.
    Cómo me gusta eso que dices de un simple paseo se convierte en una elevada sinfonía donde los pensamientos revolotean...
    Creo que el tiempo es un mal, que no podemos renunciar, está ahí a nuestro alrededor, nos mira cara a cara, incluso se burla de nosotros.
    Yo suelo recordar de mi camino, de mi pasado, lo bueno, mi mente es selectiva y me evita causarme más daños, no siempre lo consigue, claro, pero es muy cabezota y sigue intentándolo; sólo lo bueno, por favor!!!! Sólo hay que arrepentirse de lo que no hagamos, nunca de lo hecho.
    Me encantaría a mí también cerrar los ojos y desear...soñar... Vivir en ese otro mundo paralelo a la realidad y puede que por un instante, en este momento, me deje llevar por esa sensación volátil y etérea.
    ...Y sentir y desear!!!!!!!!!

    Me ha encantado volver a leerte, Al, ha sido un gustazo!!!!!
    Un fuerte abrazo!!!!! :)

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    1. Saludos querida Estrella :)
      Después de muchos años de integración, trás esta especie de tránsito por caminos impuestos, me he dado cuenta que al final esa realidad circular de la que tanto hablo es tal cual. Las mismas inquietudes que tenía de niño y los mismos sueños levemente modificados me ilusionan. Tanto correr para estár en el punto de origen.Lo que si me gustaría es tener tu energía positiva y tu firme voluntad de no dejarte vencer.
      Soy consciente de que cosas nos impulsan a seguir y una de ellas es la ilusión. Nos vemos por aquí querida. Abrazos

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  2. Me encantaría llegar a escribir como tú, pero hace tiempo que he llegado a la conclusión de que eso, como todo lo demás, se tiene o no se tiene. Me ha impresionado. Supongo que me entenderás si te digo que no es lo mismo tocar la guitarra que tocar la guitarra, es la enorme diferencia entre el sonido y el arte.

    Un saludo y enhorabuena.

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  3. A mi lo que me gustaría, aunque no sea la razón principal para publicar textos, es tener tu constancia, tu naturalidad y tu interacción con otros blogueros. Yo por lo que sea no consigo conectar.
    Y me encanta esa analogía que haces con la música porque es uno de mis mayores placeres. Recién estaba escuchando una conferencia donde se explicaba que en esencia todos somos música y estamos rodeados de ella desde la panza de la madre. El ritmo de los latidos y las vibraciones de la voz...
    Para mí hay una melodía evidente en tu comentario. Hay música y hay poética en esa breve prosa. No existen los géneros, por eso soy un desgenerado y por eso sé que en tu forma de tocar la guitarra hay música. Arte.
    Un saludo.

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  4. Esto es un toma y daca plastiquero, es el reflejo de la sociedad tal cual, en lo que se refiere a las personas. Si comentas, te comentan y con el tiempo te das cuenta de con quien coincides verdaderamente. Yo he "conocido" a gente muy maja por aquí, también a gente que lo único que quiere es el toma y daca que te comentaba. No encuentro ninguna razón (salvo el tiempo dedicado) para que no consigas conectar.

    De todas maneras yo voy por rachas, igual cualquier día vuelvo a desaparecer, no dejo que el blog mande en mí.

    Un saludo.

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  5. Certeros pasos das, querido Al Tagrí, con ese palo de cerezo que te acompaña en tu singladura.
    A veces he sentido ese movimiento circular del eterno retorno, salvándome de algún tropiezo... Estar perfectamente afinado, no es moco de pavo... y seguramente tarea imprescindible para recorrer el camino de la evolución constante, de la conciencia plena.
    Como siempre, qué gusto leerte, un abrazo

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