jueves, 16 de enero de 2014

Al Tagrí




Al Tagrí o Al Tagarí, humano nacido, crecido y curtido en la vida en la frontera. Entendida esta no como un trazo caprichoso en un mapa si no como un amplio territorio de soberanía difusa donde los embates continuos de la Existencia, siempre dura y a veces cruel y despiadada, te obligan a disponer de raíces un tanto superficiales y a no tener demasiado apego por nada que no te puedas llevar en las alforjas cuando una vez más te veas obligado a salir picando espuelas al galope huyendo de la enésima invasión.

Hijo del Al Garb Al Ándalus, la antigua Lusitania romana, y de Al-Quila, la ruda estepa castellana. Adoptado por gentes milenarias de montaña esmeralda y bravo Kantauri. Nómada en tierra fértil, andalusí sobrino del Islam, muladí, cristiano, mozárabe, sefardí, converso, adorador de Mari, pagano, druida..., aprendiz de todo y maestro de nada. Nadie se puede permitir sopesar el futuro más allá de mañana, cuando una nueva incursión enemiga del norte o del sur, del cielo o de la tierra te obligue una vez más a entablar combate por lo que te resta de vida y quién sabe si lograr un respiro en forma de pírrica victoria en la batalla, más nunca en la guerra.

Debes buscar el silencio que precede a la lucha, ese mínimo instante de eterna quietud entre los latidos de tu corazón. El estremecimiento de una caricia en la inmensidad de la noche. El cálido abrazo de un lejano e infantil recuerdo que cubra tu semblante de la delgada pátina que un día fue la felicidad. El suave mecer de una embriagadora melodía. La dulce ensoñación de encontrarte frente a la orilla del océano con los ojos cerrados sintiendo el frescor del agua salada hasta los tobillos, oyendo el fragor de las olas y sintiendo en tu piel desnuda la brisa nocturna que proviene de la tierra. Girando al ritmo de los astros como singular derviche. La cabeza ligeramente ladeada para sentir la energía del cosmos. Los brazos extendidos a los lados ligeramente flexionados. La palma de tu mano derecha hacia las estrellas y la izquierda hacia la tierra formando un primigenio circuito que atraviesa tu alma y te sitúa en esa múltiple frontera  mar-tierra-cielo para que tu mente, libre de amarras, viaje por la zona crepuscular donde el mundo onírico se confunda con la realidad, el día con la noche, la vida con la muerte...




Pequeños tesoros de sencilla adquisición pero imposibles de retener como las "lágrimas en la lluvia" de Roy Batty. Lo único inmutable es la mutación esa es la gran tragedia de la vida y solo te resta disfrutar de lo efímero sin tiempo para el lamento pues una nube de polvo en el horizonte te indica que una nueva contienda te pondrá a prueba una y otra vez sin solución de continuidad.

Atrás quedaron la negación, la ira, la negociación y el dolor. Ahora tras la aceptación, solo queda seguir luchando sin nada que reprochar al Destino.

"Vivir con miedo, eso es lo que significa ser esclavo", dice el "replicante".

Es hora de continuar...





5 comentarios:

  1. Leídos tus orígenes y tu carta de presentación una vez. Volveré a leerlo todo todito más tarde; pero de entrada, apuntar el buen gusto que me ha dejado.
    Salud Al Tagrí o Al Tagarí!
    ;)

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  2. Ahora lo que escucho tiene sentido para mi, ahora que no se si afirmar que voy entrando en tu mundo, ahora cuando necesito venir a tu espacio a encontrarte...

    tRamos

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  3. Siempre serás bienvenida... especialmente tu y tu sensibilidad.
    Un beso.

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  4. He llegado al principio. Me gusta hacerlo cuando lo que siento en el "presente" me resuena...me llega.
    Me alegro de haberlo hecho.
    No sé, es como si lo que sentía se confirmara.
    Un beso.

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  5. Tu y yo sabemos lo relativo que es el tiempo y que la cercanía puede ser insalvable del mismo modo que no existen las distancias entre las mentes sensibles. Eres bienvenida en el pasado...
    (continua en el siguiente post)

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