viernes, 28 de febrero de 2014

"Feeling good"

Michael Bublé - Feeling Good

No puedo evitar la tentación de servirme de este medio, que tanto me aporta en el plano emocional, para desahogarme vilmente aprovechando la presunción de que siempre hay alguien que me "escucha".
Cada cual en su vida se ha de buscar los medios a su alcance para soltar lastre y presión de modo que tras un pequeño respiro se pueda continuar con la brega diaria.
Esta semana ha sido para mí, como dice Ismael Serrano en su canción, "de esos días grises y opacos que uno omite en su biografía". Busco desesperadamente un poco de serenidad que me permita pensar con claridad, lo necesito, ansío contemporizar las cosas de forma que no me afecten a la hora de la toma de decisiones, pensar en positivo, respirar y ser todo lo condescendiente que pueda con mis semejantes. (En el buen sentido castellano de la palabra, no en el sentido anglosajón importado)
Pero la teoría debe pasar por la reválida de la realidad y darse de bruces con ella para que realmente sean viables mis aspiraciones, y aquí es cuando regresa cíclicamente el Yo más irreverente, contestatario y cáustico que tantas "satisfacciones" me dió cuando mis relaciones no salían del circulo vicioso de la superficialidad y la toxicidad.
Como ya me ha ocurrido otras veces a lo largo de mi vida, el hecho de llegar a conocer y tener contacto, aunque sea virtual en este caso, con gente interesante desde muchos puntos de vista y que me aporten algo de lo que necesito, hace que me confunda al esperar de el resto de los mortales algo más de lo habitual.
He ahí donde radica mi frustración y mi indisimulada rabia, sentimientos de los que trato de huir como de la peste cuando noto que se remueve el particular "Dr. Gregory House" que habita en mi interior.
Si pienso que de todas las personas, hasta de la más despreciable, se puede aprender algo, que todas las cosa que componen el Universo poseen algo interesante y que todos los días, hasta en el más horrendo, sucede algo bueno... mi "amigo" Greg dice:  "...excepto cuando no" y entonces grito, grito una y otra vez hasta que toda esa mierda salga de mí... y me sienta bien.

Me siento bien.

El grito - Edvard Munch

domingo, 23 de febrero de 2014

Sarri

Mi primer recuerdo consciente me sitúa, creo, en el hogar familiar y francamente no me lo explico pero si tengo que resumir mis sentimientos en aquella época, diría que fueron de absoluta felicidad. De niño nunca tuve una bicicleta ni un perro que casualmente eran las dos cosas que más quería y aún así la grabación oficial dice que fue una infancia feliz, ¡bendita inocencia!. Mi perplejidad no se debe, por supuesto, a la carencia de bien material alguno, aunque en el caso del perro no lo es de ninguna forma, es infinitamente más que un amigo, es un auténtico "alter ego"; hablo de esos infiernos particulares que se desatan en casi todas las familias y que hoy no son el objeto de mi reflexión.

Sabemos del poder evocador de los olores, de las fotografías, de los sonidos..., y de la música, y ahora mismo estoy maldiciendo la hora en que se me ocurrió ambientar este relato con " la suave luz que me despierta"..., me está matando..., si esto fuera un papel lo tendría que poner a secar.
Sé que este escrito puede resultar un tanto triste pero juro que no he tomado nada y no me ha dado "llorona", últimamente no necesito potenciar mi estado de ánimo, la nostalgia surge de manera totalmente espontánea al escuchar a estos condenados "scottish".

A modo de despecho cuando gané mi primer sueldo, siendo muy joven, lo primero que hice fue comprarme una "bici", apenas la llegué a usar pero la miraba todos los días al llegar a casa pues me recordaba que no le necesitaba y que nunca más le pediría nada. Nunca es demasiado tiempo y alguna vez sí que le pedí algo apelando a su sentimiento de culpa, siempre me sorprende lo retorcidos que podemos llegar a ser. En fin, todo está como debe estar, nos hemos despedido, el pasado se ha difuminado y a mí la melancolía me libera y me da fuerzas... ahora lo que se difumina es la pantalla...

Ironías del Destino, paradojas de la vida, caprichos de los Dioses o paranoias de un enfermo bipolar, lo que quiera que fuera no deja de tener su gracia, después de haberme olvidado del tema hacía eones, llegué una noche a casa y en la oscuridad de la terraza noté algo que se movía en un rincón y tras acercarme para comprobarlo me encontré frente a dos ojos que me miraban asustados, no me lo podía creer, mi padre había traído a casa una hermosísima perra de unos nueve meses ya totalmente desarrollada que encontró abandonada en la calle. Que alguien me lo explique. No podía ser la misma persona quien había hecho algo así.
No sabemos si se escapó o la abandonaron, el caso es que era el animal más bello por dentro y por fuera y más educado en todos los sentidos que he conocido jamás.
Aquí es cuando, como decía Cortázar (gracias Bolboreta), las palabras no me alcanzan pues se me desborda el alma de sentimientos. Son infinidad los momentos de extraña plenitud con un ser que no podía hablar pero que se comunicaba conmigo con una profundidad tal que las palabras por si solas no nos hubieran bastado. No se trataba de la típica fidelidad canina que actúa mecánicamente y que llega a ser cargante; ahora, de nuevo, debo recurrir a los grandes: "nuestras relaciones eran de una precisión matemática: me obedecía como a su cerebro, no como a su amo"(refiriéndose a su caballo Borístenes)..."participaba de mis impulsos; sabía exactamente, y quizá mejor que yo, el punto donde mi voluntad se divorciaba de mi fuerza". Memorias de Adriano. Marguerite Yourcenar.

Por supuesto que era fiel y claro que era valiente, era una perra pastor, pero siempre dio muestras de carácter y cuando se sentía menospreciada u ofendida te lo hacía saber. No hay dos perros iguales por eso sé que no habrá otra como ella.

Recuerdo con especial cariño un fin de semana que pasamos los dos solos en los Pirineos, me traje la mochila henchida de momentos irrepetibles que guardo en un rincón especial de mi memoria y que no concibo que se puedan perder algún día.


Cuando me la entrego la veterinaria metida en una caja no la pude mirar a la cara, la había cagado con la anestesia y murió en la mesa de operaciones haciéndole una cirugía menor que ella misma nos aconsejo por que se suponía que no entrañaba el menor peligro, de otro modo no hubiéramos accedido ya que no era estrictamente necesaria.

La enterramos en una montaña a los pies de un roble y recuerdo que pocas veces he visto llorar a mi hermano mayor como aquel maldito día cuando me decía que tenía que ser una confusión y me rogaba una y otra vez que comprobara que era ella la que estaba dentro...
Era ella.
Por ti Sarri, siempre fuiste una criatura excepcional.


"Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida".
Anatole France. Premio Nobel de Literatura 1921


Sarri


"Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, 
fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad 
y tuvo todas las virtudes del hombre 
y ninguno de sus defectos."
Lord Byron (epitafio a su perro)

domingo, 16 de febrero de 2014

¿Quien era ese tipo?, ¿Mahatma, Madiba o Martin Luther...?

Son las seis de la mañana y en el radio despertador empiezan a sonar los primeros acordes de "I got you baby"... este... no... espera ... esto es del "día de la marmota" ... si ... bueno... son las cinco y no he dormido nada bien, mi cuerpo me pesa ... eso... me pesa más que nunca y me cuesta un triunfo poderme sentar en la cama; lo que suena en la radio es "Tatuado": -"Siempre te despiertas con ganas de vomitar, toses, escupes, ¿pesadilla o realidad?, te levantas con la ruina en tu pecho, otro día tratar de olvidar... "

No puedo con el desayuno, tengo nauseas, la cabeza me estalla y mi cuerpo no me responde. El médico me dice: -"Lo siento mucho pero todavía no se ha inventado nada contra la normalidad, yo me encuentro igual que usted". Así que tengo que salir a la jungla como todos los días aunque no veo nada claro que pueda soportar el mal carácter de nadie. En el auto la radio escupe: - "todas las noches igual y todos los días igual...", después alguien habla:               -"Blablá...coyuntura...blablá...marco previo... blablá", no entiendo nada... la apago.

Día gris, carretera gris, gente gris...la rutina me espera y como siempre podre con ella.
Como siempre me pierdo en:
 " algún rincón de mi mundo donde ya no corre el tiempo, ni minutos ni segundos, ni guiones, ni argumentos... donde me quedo un ratito para recapacitar; guardo mil noches en vela, solo me queda esperar , que llegue la primavera, que no acaba de llegar". Casi estoy consiguiendo que pase la mañana plácidamente cuando oigo que alguien me grita, me grita una y otra vez... no lo soporto... pero, ¿por qué se va?...me ha sacado de mi ensoñación y me siento alterado sobremanera.
Noto tensar los músculos, se acelera el pulso y siento las palpitaciones en los oídos, la adrenalina me desborda, me suda todo el cuerpo, se me dilatan las pupilas, lo puedo sentir, ahora lo veo todo con una extraña claridad, resoplo por los hollares como un corcel encabritado listo para la batalla, me ciño el yelmo, embrazo el escudo, desenvaino el acero y lo empuño con una fuerza inusitada, ahora me siento mejor que bien, la testosterona ha tomado el poder, me encuentro "on fire" y creo que podre con lo que sea pero...¿dónde está el enemigo? , ¿por qué se esconde? . Un tipo se acerca, -como intente hacerme daño le parto en dos el alma, levanta el brazo y antes de que yo pueda reaccionar posa su mano en mi hombro y me dice: - tranquilo amigo, no merece la pena, y me sonríe de un modo tan sereno que me descoloca por completo.
Con su mano ha cerrado el circuito por donde se descarga toda mi energía negativa.
El tiempo se ha parado por un instante, la respiración se hace más pausada, muy lentamente aflojo la mandíbula, noto los músculos relajarse y comienzo a sentir dolor por todo el cuerpo; muy poco a poco, la tensión desaparece y tengo ganas de llorar... -pero no lo voy a hacer, a pesar de que nada me liberaría más, no quiero derrumbarme aquí.

No nos conocíamos de nada, nunca le había visto y no le he vuelto a ver. Charlamos un rato amigablemente mientras terminaba de serenarme, me explicó que las personas en ese sitio, como en muchos otros, no se dan cuenta de el daño que hacen y que todos tenemos los mismos problemas pero que aún así debemos convivir.... Nos despedimos con un apretón de manos y nos deseamos un buen día.

En otra ocasión me encontraba en un hospital en "el foro" por penosa causa y la situación estaba abocada a un trágico final, de modo que estaba dispuesto para lo que fuera menester, no tenía otra alternativa en realidad. En momentos así la sensibilidad se afina hasta extremos insospechados y el extraño transcurrir del tiempo, ora vertiginoso ora cuasi congelado, hace percibir la realidad un tanto curvada, ofreciendo perspectivas nuevas y sorprendentes. Las relaciones con los humanos circundantes se tornan diferentes, se alcanza a ver en profundidad y con increíble lucidez.

Supe de George Bernard Shaw: "cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber"; supe de José luis Sampedro con su alegato en favor del personal sanitario y supe de multitud de excelentes personas anónimas. Lástima que sean esas circunstancias "especiales" las que nos empujen a tornarnos más receptivos.
También leí: "No todos los días son buenos, pero todos los días sucede algo bueno".
No puedo estar más de acuerdo.

Aquel día, el del tipo misterioso, empezó siendo mucho peor que horroroso y comenzaba a tornarse en "el puto día más extraño de toda mi vida" (siempre he querido decir esta frase de "Pulp Fiction"), pero un insignificante detalle (me pregunto cuántos pasaran desapercibidos en una vida), logro convertirlo en uno bonito por transcendente.
Aquel dichoso día traspasé un umbral de los que no tienen posibilidad de retroceso, tras él estaba el camino del autoconocimiento, la paz y el amor.
Apenas llevo recorridos unos escasos metros pero sé que es el correcto... veamos las bifurcaciones, las pendientes y las curvas...
"El alma no camina en línea recta, ni crece como un bambú.
El alma se despliega como un loto de innumerables pétalos"
Extracto de "El Profeta" Kahlil Gibran
  
Busco el equilibrio y la calma.


¿ Quién era ese tipo?







P.D.

Hace aproximadamente 70.000 mil años, el "homo sapiens" estaba condenado a la extinción a causa de varios factores climáticos y un cataclismo volcánico. Nuestra especie apenas contaba con un par de miles de individuos. Divididos en varios grupos de cientos iniciaron la aventura que llega hasta nuestros días de desperdigarse por el planeta en busca de la supervivencia.
De los humanos de aquella época, que eran genéticamente casi idénticos a nosotros, procedemos la totalidad de los habitantes de la tierra. Disponíamos del mismo resorte perfectamente diseñado y ajustado para la lucha, pero lo que facilitó la pervivencia fue el desarrollo de la empatía y la comunicación, propiciando la colaboración en favor del interés común y quién sabe si también el amor por el prójimo.

Hoy somos casi siete mil millones de almas y aún así nos encontramos en la misma tesitura... todos lo sabemos en el fondo...



"Es muchísimo más heroico hacer maestría de la mente que maestría de la guerra"
Sidarta Gautamá

domingo, 9 de febrero de 2014

Viento del desierto

Reconozco que siento cierta debilidad por las locuciones latinas:
"Memento mori"
Ibn Sina decía que la vida es fugaz como el viento del desierto, intensa y violenta añadiría yo, sin tiempo para pensar, apenas lo avistas te pasa por encima y se aleja sin más dejándote sin aliento y cubierto de arena.
"El tiempo de vivir es para todos breve e irreparable"  Virgilio.
Todas las personas ancianas que conozco, sin excepción, coinciden con estas afirmaciones y pareciera que independientemente del jugo que hayan logrado extraerle a la existencia aseveran que el tiempo se les ha escapado como el agua en un cesto de mimbre.
"Amor fati"
Del pasado nos quedan muchas fotografías, algunas hermosas, momentos lacerantes imposibles de borrar, segundos de placer o de sufrimiento paralizante, instantes de estremecimiento dorsal o de impotente agobio como mensajes en botellas flotando en un inmenso océano de cotidiana banalidad. Aceptarlo es condición sine qua non para continuar travesía pues todo ha sido necesario para llegar hasta aquí.
"Carpe diem"
"Vive como si fueras a morir mañana y aprende como si fueras a vivir para siempre" Mahatma Gandhi.
¿La vida surgió sin más o hay un diseño inteligente?, en ese sentido la visión nihilista me resulta adecuada pues la arrogancia homínida tiende a medir su grandeza por la del supuesto arquitecto. ¿Realmente importa tanto?, no me desagrada en absoluto pensar en ello como en tantas otras cosas, pero debo calibrar el tiempo que le dedico pues el presente es incipiente y se desarrolla con gran energía y necesita del grueso de mi atención.
Parece un buen anhelo buscar ese momento ansiado, emboscarlo agazapado y atraparlo, 
"festina lente", sin prisa pero sin demora para degustarlo con deleite. Decía Erasmo: "quien siga esta máxima siempre actuará en el momento adecuado y en la medida justa. Su vigilancia evitara que sea demasiado lento y su paciencia, que se apresure más allá de lo conveniente".

En el filme "seven", con ambiente lluvioso, asfixiante y plomizo (que tanto me recuerda al de "Blade runner"), donde apenas hay un resquicio para la luz, el detective Somerset, interpretado por un siempre elegante Morgan Freeman, a punto de jubilarse desencantado y cansado de luchar, lapida el filme parafraseando a Hemingway: "el mundo es un bello lugar por el que vale la pena luchar... estoy de acuerdo con la segunda parte".
Paradójicamente el mundo humano es un pedregoso y abrasador desierto de inhumanidad salpicado por contados oasis de fraternidad, amor y belleza. 
Parece que solo tenemos dos alternativas: continuamos la búsqueda del la excelencia, del vergel o en pleno ejercicio de soberanía personal acabamos con el "taedium vitae" y nos hacemos el "harakiri". Las dos opciones me resultan respetables por igual pues la mecánica de la vida exige la toma continua de decisiones y esa potestad únicamente a nosotros nos pertenece. "Liberum arbitrium".                                    También podemos dejarnos llevar por la marea como una nave al pairo o buscar nuestro propio camino, a veces contra corriente, como un vigoroso salmón que no espera su muerte resignado sino que va a su encuentro sabiendo que los avatares futuros son infinitos e insondables.
El largometraje "Martín Hache" esta atestado de jugosos diálogos (lo mejor) y de inolvidables frases para meditar; entre todas me encanta una que le decía un grandísimo Eusebio Poncela a Hache (Juan Diego Botto), cuando temía por su suicidio: "siempre hay que seguir, aunque solo sea por curiosidad".
Para un "voyeur" como yo la curiosidad es un potro difícil de domar, la inmunidad ante el fracaso o la ruina y las ganas de saber parecen buenas razones para no renunciar a continuar con la búsqueda, sin embargo se me ocurren al menos un par de acontecimientos posibles que arrasarían mi cordura, destruirían mi equilibrio y harían que me resultara imposible seguir viviendo.
Pero en fin, no debo ponerme trágico, comprendo, como los budistas, que solo existe el presente.
"Si quieres conocer el pasado, entonces mira tú presente que es el resultado. Si quieres conocer el futuro mira tú presente que es la causa".
Sidarta Gautamá.

oleo de José Luis Román

Viento del desierto

Viento del desierto "Simum"

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domingo, 2 de febrero de 2014

Pero la risa

En el fondo del mar entre tiburones encontraré brillantes perlas, las más hermosas flores en el lodo, algo de trigo entre la paja y alguna que otra aguja. Al girar la cabeza oiré lo sublime en forma de violinista en la abarrotada estación del metro; sufriré el "síndrome de Stendhal" al voltear una manzana y darme de bruces con Santa María dei Fiori o quizá un "semazen" vuelva  a insuflarme el aire místico que provoca el giro de sus prendas mientras una voz profunda recita poesía y la música telúrica  brota de mi interior. No sería extraño que sienta la caliente humedad de la primera vez, del primer beso; es posible que un "loco bajito" tome entre sus manitas la mía y se acaricie el moflete con el dorso mientras con ternura repite mi nombre o que una enanita se acurruque en mi regazo durante un eterno suspiro y sin mediar palabra su corazoncito saltarín le infunda vida al mío pétreo y cansado; tal vez encuentre mi álter ego en esta lluviosa mañana y disfrute de estimulantes sesiones de conversación, renueve el gozo por la lectura, el cine y la música o tal vez nada de todo eso ocurra y no merezca la pena continuar con mi particular travesía del desierto.
Todo me parece posible menos la risa.
Me pregunto por qué.

De todo lo que se ha escrito sobre la risa llama mi atención un estudio que habla de la necesidad de rebajar tensiones tras una situación de peligro en la cual nuestro organismo genera sustancias que nos predisponen para la huida o la lucha en defensa de nuestra familia o manada, de tal manera que este fenómeno netamente humano, desternillarse vivo, nos ayuda a inhibir la agresividad, la ansiedad y el estrés generado, convirtiendo la risa en un signo de conducta que indica relajación y confianza con nuestros seres cercanos. Se me ocurre que parece evidente que el sexo también sirve para el mismo propósito y que así se explica la sensación de laxitud y relax que sucede en ambos casos.
Pareciera que tuviera la necesidad imperiosa, lógica por otra parte, de estar siempre alerta y en tensión esperando la siguiente agresión vital.
Reconozco que no tengo excusa y que entre tempestades debería buscar con más ahínco el humor, la risa y la carcajada.
¡¡Por todos los dioses que lo intento!!
http://justoserna.files.wordpress.com/2009/09/carcajada.gif?w=480