jueves, 18 de diciembre de 2014

"La montaña es algo más que una inmensa estepa verde"(o blanca).


 El Camino de Santiago, la travesía de un desierto, cualquiera de los "Grand randonnées" pirenaicos, el camino del Inca, la ruta licia al sur de Anatolia... o la ascensión a montañas de todo tamaño e índole, son algunos ejemplos de aventuras donde, aún siendo los indiscutibles protagonistas unos parajes increíbles, el descubrimiento, la lucha y la recompensa son personales y el aprendizaje íntimo y profundo.

La montaña es mucho más que una mole de roca, nieve y hielo a la que someter y conquistar para añadir una muesca más en el mango del piolet. Esta forma de pensar claramente occidental contrasta con la honda relación ancestral de multitud de culturas de todo el orbe con la Natura en general y con las montañas en particular. En muchos casos, como en la zona del Himalaya, son veneradas como diosas a las que se solicita permiso para acceder a su cumbre con elaborados rituales de humildad y sumisión ante su inmenso poder. 
Yo no vivo en ninguno de esos pueblos orientales pero me he criado en un entorno de amor absoluto por las cordilleras que incluye el convencimiento racional de que es la montaña la que decide siempre en última instancia y que tanto su aspecto físico como su “carácter” son absolutamente volubles. Debe existir una relación muy estrecha y un "diálogo" constante para lograr el beneplácito para acceder a su zenit. ¡que erótico por dios! En buena lógica nunca será un fracaso tener que desistir educadamente en el intento cuando por el motivo que sea la anfitriona no esta para visitas. 
Dicho diálogo es multidireccional pues también incluye el intrapersonal y supone una constante búsqueda de nuestros limites en todos los sentidos. Nosotros tampoco somos siempre los mismos ni física ni psicológicamente. 
Las relaciones personales no están libres de ser sometidas a duras pruebas cuando las circunstancias te llevan en muchas ocasiones al límite físico y mental.
Esta practica, a mi modo de ver, sobrepasa lo meramente deportivo para convertirse, a poco que lo observemos, en una perfecta alegoría de la propia vida.

El título de este “post” es el homónimo de una novela autobiográfica del autor, Omar Cabezas
, que leí en mi primera juventud ahora estoy en la segunda y que narra sus vivencias cuando, siendo estudiante, marcha a la montaña selvática para enrolarse en la guerrilla Sandinista. 
Fue mi primer relato en el que la vivencia personal era la temática y el caminar por la selva claramente un duro sendero de autoconocimiento. 
Este es mi homenaje.

“No conquistamos las montañas sino a nosotros mismos”
“Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre y la vista más amplia y serena.” Ingmar Bergman


P.D. Se acerca el invierno con su mágico solsticio en la otra media esfera será el de verano, hay que pensar en global ;) y por estas fechas añoro más que nunca el contacto con la montaña. Por diversas circunstancias llevo más de año y medio alejado de ella y me siento nostálgico, me acude el recuerdo de momentos irrepetibles y de alguna persona con la que no volveré a compartir ascensión.
Por otro lado acabaremos mes y año celebrando nuestro particular "Acción de Gracias", intentando reparar en el plano personal y familiar el deterioro de todo un año. Solo me queda desearle a todo el mundo unas felices saturnales, navidad, solsticio o lo que cada un@ quiera celebrar, creo que hay lugar para tod@s.
Quiero también transmitir mi deseo de felicidad y plenitud más sincero para el año venidero.
Besos <3
No recuerdo mi procedencia y hacia dónde voy no es relevante. Intuyo que soy mi caminar, que el camino se perfila con cada uno de mis pasos y que existe una luz que, lejos de atenuarse, ilumina mi singladura más intensamente cada día: el AMOR.
Al Tagrí 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Hoy




Hoy es de esos días en que, tras el crepúsculo, pareciera que el cielo se despejara totalmente de nubes y que ante nuestros ojos se presentara una perfecta alineación de planetas. 
Hoy, 10 de diciembre, celebramos (valga el eufemismo) el día internacional de los Derechos Humanos.

Hoy, la paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi han recibido en el ayuntamiento de Oslo un más que merecido premio Nobel de la paz.

Hoy, el senado norteamericano ha desvelado el uso sistemático y continuado de torturas contra sospechosos retenidos en centros secretos de la CIA repartidos por todo el mundo. El informe concluye que: "fue un programa de violación de los Derechos Humanos brutal y erróneo (esta última calificación se debe a que se supone que no obtuvieron resultados significativos en las investigaciones gracias a estas practicas).

Hoy, puedo desvelar que el pasado día 7 de diciembre recibí en mi blog docenas de visitas realizadas sobre diferentes palabras de búsqueda en poco más de tres minutos. Esto quiere decir que el sistema era automático (algún tipo de programa). La búsqueda provenía de Cupertino, California, en el mismo centro de Silicon Valley. Algún sistema rutinario de rastreo, algún becario aburrido o mera casualidad, en cualquier caso no parece nada productivo.


Hoy, una vez más, todo parece estar en su sitio.