viernes, 9 de diciembre de 2016

Solo es un sueño



Camina muy lentamente por la senda de un bosque no demasiado espeso. El crujir de las hojas muertas a su paso, al ritmo de su corazón, le relaja cada vez más y la calma le envuelve por completo. Su mente navega al pairo por un inmenso océano de tranquilidad. Recién amanece y a medida que el astro rey va tomando fuerza la espesa bruma se disipa dejando a la vista un espectacular paisaje otoñal. La progresiva intensidad luminosa y la espectral niebla residual desvelan infinitas tonalidades de verde, amarillo y ocre que inundan su inusualmente placentero sueño. Cada vez sus pasos son más livianos hasta comenzar una ligera levitación. Flotar por el bucólico paisaje otoñal mientras una fresca y ligera brisa acaricia su rostro le llena de placer. Su trayecto por la senda se acelera por momentos mientras comienza a tomar altura para desarrollar un elegante planeo. La mente es el piloto, se siente tan seguro y poderoso que decide transformar su grácil progresión por el aire en una serie de imposibles acrobacias a increíble velocidad. Caídas en picado desde gran altura seguidas de rasantes pasadas sintiendo el roce de las copas de los árboles. Las maniobras son cada vez más inverosímiles. La seguridad y el control sobre su cuerpo es absoluto y una olvidada e infantil risotada invade todo el espacio.

Ha sido un sueño recurrente en varias etapas de su vida y hoy vuelve a visitarle.

Cuando su voluntad es firme timón de su destino algo se quiebra en su profundo interior.
El vuelo se vuelve anárquico y no consigue surcar el aire a voluntad. La velocidad se vuelve insoportable y comienza a sentir un vértigo irrefrenable. A punto de estrellarse contra una rocosa montaña se despierta muy alterado. Empapado en sudor y con el pulso insuflado de adrenalina. Le falta el aire y entre sollozos que no puede reprimir rompe a llorar. Llora... llora y grita...

 -¿Por qué?-. 
¿Por qué no puede ser soberano ni en su paraíso onírico?
Siempre la misma pregunta. Siempre la misma ansiedad.
Como todas las respuestas solo necesitan de la pregunta correcta:
-¿Qué coharta su libertad?-
La respuesta no puede ser más evidente:
El miedo.

El miedo es cualquier cosa menos racional.

El miedo al dolor, a la soledad, al olvido...

El miedo responde

El miedo es la barrera a sus ansias de volar.